Padulceyo

Galletas de Jengibre

Nunca había hecho estas galletas tan típicamente americanas. Tenía miedo de que con el jengibre picasen y no fuesen agradables al paladar.

Nada más lejos de la realidad. Con las medidas que te doy salen entre 20 y 30 galletas, en función del tamaño de los moldes que utilices.

Aunque redonditas también son bonitas y están ricas igual.

Yo compré un molde del muñeco típico, el gingerman, esta vez de plástico. Estupendo, corta superbién y es fácil de limpiar. Llevaba incorporado el lazo, que puedes usar o no, a tu elección.

Navegando por internet busque diferentes recetas, miré la de @renan_cupcakes, @velocidadcuchara, @misthermorecetas ,…

Finalmente hice un mix de todas y las adapté a mis posibilidades.

Tengo que decir, que esta vez utilicé la Thermomix, así fue fácil y rápido. Aunque también se pueden amasar a mano.

Luego para decorarlas una glasa rápida y sencilla, en una manga pastelera. Ideal para hacerlo con niños, pasar un rato divertido y dejar volar su imaginación. Aunque parezca mentira no ensucia prácticamente nada.

Pero si decides no decorarlas, no pasa nada. Están super buenas también.

Vamos ya con la receta, espero que la pruebes y te guste. Cualquier duda, ya sabes, pregúntame.

Material necesario:

Bol grande

Bol mediano

Thermomix o batidora con varillas

Cortadores de galletas

Rodillo

Papel de horno o base de silicona para hornear (yo usé la de @silikomart)    

Tapete de trabajo de silicona ( de @ikeaspain), te ayuda a ensuciar menos y es fácil de limpiar. Super barato en Ikea.

Ingredientes para 20-30 galletas.

Para la glasa:

Empezamos:

Con Thermomix:

Poner en el vaso la mantequilla a temperatura ambiente + el azúcar moreno. Batir 3 minutos a velocidad  2 ½.  Con la espátula bajar los restos de las paredes.

Añade el huevo y la miel de caña. Vuelve a programar 2 minutos velocidad 3. Volver a bajar los restos de las paredes.

Agregar la harina, el bicarbonato, la canela, el jengibre, la nuez moscada y la pimienta negra. Programar 30 seg a velocidad 6 y después 2 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga.

Cuando acabes la masa será un poco pegajosa, pero verás que se separa bien de las paredes. Haz una bola, envuélvela en film transparente y déjala en la nevera durante al menos 2 h. No pasa nada si es de un día para otro.

Pasado el tiempo, enciende el horno, calor arriba y abajo, sin aire, Tª 180 º. Divide la masa en 2 partes, para extenderla mejor.

Pon una mitad entre 2 hojas de papel de horno. Aprieta un poco la masa para que se aplane y luego sigue con el rodillo, hasta conseguir una lámina de 0,6 cm aproximadamente. Vaya, que no queden muy finitas.

Así tal cual mete la masa en el congelador durante 10-15 minutos, mientras tanto estira la otra masa y métela también en el congelador.

Saca la primera y empieza a recortar formas, aprovechando al máximo la masa.

Lo restos vuelve a hacerlos una bola, estírala y vuelta al congelador. Corta la segunda placa y hazlo mismo con los restos.

Las galletas cortadas ponlas en un hoja de papel de horno o en el tapete de cocción,  ligeramente separadas.

Hornéalas por tandas, unos 10-12 minutos. Déjalas enfriar sobre una rejilla.

Ya estarán listas para decorar o para comerlas directamente.

Sin Thermomix:

Pon la mantequilla a temperatura ambiente y el azúcar integral en un bol grande, bate hasta obtener un crema suave. Añade el huevo y la miel de caña, vuelve a batir hasta que esté bien integrado. Añade el resto de ingredientes secos. Si tu batidora tiene gancho de amasar úsalo, si no tendrás que amasar a mano hasta obtener una masa lisa y ligeramente pegajosa.

Haz una bola con la masa, envuélvela en film transparente y déjala en la nevera durante al menos 2 h. No pasa nada si es de un día para otro.

El resto igual que con Thermomix.

La Glasa:

Pon la mitad del azúcar glas y la clara de huevo en el bol mediano, bate sin salpicarte, hasta que empiece a espumar. Puedes montar la clara a punto de nieve o no. Yo no lo hice.

Cuando empiece a espumar añade la vainilla, el limón, el resto del azúcar y el crémor tártaro (si no tienes, no pasa nada. No es imprescindible). Bate hasta conseguir una crema ligeramente espesa.

Pasa la crema a una manga pastelera, córtale solo la puntita y te servirá para decorar sin necesidad de ponerle una boquilla.

Y ahora deja volar tu imaginación!